// 15.11.2019 - 12.01.2020 / Sala CUB

Acero y pecios del mar

Frutos María


Una realidad obstinada, obras matéricas y esculturas de acero, la riqueza de los materiales, la dignidad que los mismos representan... Todo ello me exige convertirme en un creador responsable, en un creador que dé vida a obras rigurosas y exigentes. Las piezas que componen “Nueva Vida” nacen de todos esos materiales que rescato con cuidado de pecios marinos: maderas, hierros, cuerdas, arpillera...

Ese deterioro tan desgarrador, fruto de la bravura del oleaje del mar, no hace sino enriquecer estas materias que recupero como germen de mis obras. Las alteraciones por la curación de la madera de esta forma no generan problemas de presión por cristalización de sales ni se deterioran por la agresividad del sulfato o del magnesio, elementos que confieren a estas maderas más resistencia, como si se hubiesen tratado para evitar la aparición de hongos.

También es cierto que ya son muchos los años que llevo rescatando estos materiales —tan valiosos para mi creación— y convirtiéndolos en arte. Aprovecho los pecios del mar y contribuyo así a una necesidad tan fundamental como es la limpieza del medio marino, tan vital para la fauna que lo habita, para su ser en libertad, así como vital también para nosotros mismos, los seres humanos.

En ocasiones, ni yo mismo puedo saber hasta dónde me lleva la satisfacción y la alegría al aprovechar estos materiales; es difícil expresar todo este conjunto de emociones que después comparto con el espectador en las exposiciones. Lo más profundo del arte son la pureza y la verdad del universo, la extracción enriquecida sustancialmente para que el espectador pueda disfrutar de ese proceso que me lleva a la satisfacción personal del saberme creador y parte de una obra de trascendencia.

En mis esculturas de acero permanece la arquitectura, “el sentido del progreso desde mi obra”, como decía Don Miguel Delibes Setién. Con el empeño de la imaginación, de la técnica y la propia experiencia en el diseño y manejo de herramientas y máquinas, soy capaz de convertirme en el creador de estas obras de hierro, de acero, de hormigón, de aluminio, de plomo, de piedra... Éstos son los materiales con los que me siento más identificado.

Mi lenguaje rupturista y revolucionario no es sino una poética de libertad y grandeza que me permite, con fundamento, realizar las obras con mi personalidad.

Frutos María

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